sábado, 26 de septiembre de 2009

Características generales (economía, sociedad, organización política, religión) del Imperio Persa Sasánida


El Imperio Persa Sasánida, fue el compañero y rival histórico del Imperio Romano de Oriente entre los siglos III y VII. Las relaciones con Roma fueron difíciles, tanto por problemas de frontera como por la expansión del cristianismo en el siglo IV, en torno al 399 ambos imperios llegaron a una paz estable.

Sobre su organización interna conviene conocer algo, puesto que, aparte de su importancia propia, también tuvo en la herencia dejada al Islam que se caracterizaba por una burocracia compleja. Las provincias, de carácter predominantemente militar se le confiaba su mando a los más altos aristócratas, a su vez habían cantones o nomo que eran subdivisiones provinciales a cargo de la pequeña aristocracia que dominaba cada poblado. Aquella articulación política, administrativa y religiosa permitía, en suma, dar parte en el poder a todos los pertenecientes a grupos sociales dominantes por su función religiosa y militar o por su condición de propietarios de la tierra y crear un equilibrio entre los niveles centrales, territoriales o locales que era suficientemente estable en tiempos de paz.

En lo que se refiere a economía la actividad agraria es la base de todo y creaba las diferencias y relaciones sociales de mayor importancia y estabilidad, al corresponder la gran propiedad a la realeza, a la aristocracia y a los templos de la religión oficial. La inmensa mayoría de los campesinos eran colonos adscritos a la tierra.

El imperio Persa Sasánica conoció un auge considerable de las ciudades y el comercio exterior que en cierto modo anticipa la época islámica y el imperio se convirtió en un nudo de importantes rutas comerciales entre oriente y occidente.

El estrecho círculo de relaciones interdependientes se cierra si tenemos presente que el rey sasádita es elegido por los dirigentes del clero y de la aristocracia, a pesar de las aspiraciones autocráticas, vinculadas a un imaginario origen o investidura divina del cargo.

El mazdeísmo es la religión oficial. El culto a los templos de fuego era su principal manifestación externa e incluso en ella se observa la rígida tripartición indoeuropea de los iranios porque había templos para sacerdotes, guerreros y campesinos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Características generales de la organización económica, social, política y creencias religiosas de los pueblos germanos


Todos los pueblos germanos conocen la agricultura sedentaria (sajones y frisones le dan mayor importancia al ganado bovino y godos y otros germanos orientales a la equina). La forma más completa de ocupación del suelo, pero que no afectaría a todo el territorio son los poblados o dorf, en los campos cerealistas hay obligaciones de tipo comunal en su explotación.

El trabajo del artesano destaca en los ramos de la metalurgia y orfebrería[1]. La práctica mercantil, en un mundo acostumbrado al donativo, al trueque y al autoconsumo dentro del marco familiar era rudimentaria, a pesar de las influencias romanas. Los germanos no emplean moneda aunque atesoran por su valor en oro y plata. No conocen tampoco fenómenos económicos vinculados al mundo urbano. El comercio con Roma es a través del limes, por lo general se comercian esclavos, pieles y ámbar[2] contra manufacturas y metales preciosos. Todos los pueblos germanos han practicado la esclavitud.

Su organización social se basaba en tres solidaridades, que de menos a mayor ámbito, eran la familia amplia, la tribu y el pueblo. La familia o sippe reúne a una numerosa parentela en torno al padre, dueño de la autoridad y que por lo tanto dispone sobre el uso que haya que darse a las propiedades familiares. En las familias, las esposas legítimas son guardianas de la pureza y la tradición, por lo tanto el significado social del castigo del adulterio y la importancia que se atribuye al contrato matrimonial y a las prestaciones económicas que el marido hace. Los hijos llegan a la virilidad cuando son armados a los quince años, ante una asamblea de guerreros, pero las hijos permanecen a la tutela paterna hasta su matrimonio.

Las familias se integran en tribus, posiblemente en torno a un antepasado común y el conjunto de tribus forma a un pueblo o gau, con jefe común y reuniones anuales de sus guerreros, a menudo para elegirlo, en lugares a que se confiere virtualidades sagradas. Por encima del pueblo sólo hay, con frecuencia confederaciones entre varios iguales o uniones.

Familia o Sippe > Tribu > Pueblo o Gau > Uniones o Confederaciones

Esta red de solidaridades establece diversas posiciones para el individuo, dentro de la familia, en primer lugar y según su condición de esclavo, semilibre[3] o libre. Entre los adultos además, los guerreros y libres, emerge una aristocracia, la de los dueños o administradores de tierra y ganado, directores de la guerra y la política, cabezas a menudo de sippe.

La asamblea de guerreros es la depositaría de la soberanía popular al elegir jefe, tratar sobre paz y guerra o delitos mayores bajo la inspiración de los sacerdotes, únicos que pueden condenar a muerte. Predomina una aristocracia basada en la riqueza, el prestigio militar o el linaje. En torno a los titulares se forman clientelas militares o comitatus de hasta 200 guerreros unidos a su jefe por lazos personales de fidelidad y ayuda mutua.

Los jefes de clientelas militares más importantes podían ser elegidos para dirigir la guerra y alcanzar una forma de realeza militar, donde se escalonan y federan diversos aristócratas. Aunque también hay otro tipo de realeza en especial grupos ósticos (gótico, burgundio, vándalo) que habla de linajes de tipo divino.

Las grandes confederaciones de pueblos suelen formarse en torno a una realeza dinástica y a un pueblo o grupo principal que da nombre al conjunto, a veces muy heterogéneo o inestable. En tales supuestos, que proliferan en tiempos de las grandes en tiempo de las grandes migraciones.

Sobre creencias religiosas, la creencia militar se basaba en la concepción del universo como un gigantesco campo de batalla entre dioses y otras fuerzas espirituales hasta su destrucción final, seres cuya fuerza se materializaba a menudo en elementos de la naturaleza el culto, en lugares sagrado (bosques, montañas, árboles...) o días específicos (los solsticios o la luna nueva).


[1] Persona que labra objetos artísticos de oro, plata y otros metales preciosos, o aleaciones de ellos.

[2] Resina fósil, de color amarillo más o menos oscuro, opaca o semitransparente, muy ligera, dura y quebradiza, que arde fácilmente, con buen olor, y se emplea en cuentas de collares, boquillas para fumar, etc.

[3] A menudo miembros de otros pueblo sojuzgados.